Me levanto con la boca seca llena de hierro, el sol aun no se deja ver, pero las estrellas alumbran el ocaso de la noche...
Te pido una disculpa, te lloro y te beso... adiós es el momento de despedirnos, y dejarnos ir. Atravieso la puerta y cierro los ojos, es hora de irme de aquí.
Siento frío en mi espíritu, siento dolor en mi cuerpo... un pedazo de mi alma se ha roto y no se como unirlo, tal vez el tiempo me ayude a curarlo. Aun cuando mi decisión fue voluntaria y pensada, tu ausencia me asusta, tu adiós me entristece, pero tengo que seguir adelante.
Solamente en la eternidad nos encontraremos...
lunes, 21 de julio de 2008
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