miércoles, 15 de junio de 2011

colores, olores y algo más...

Tengo algo de material para escribir después del viaje que realicé. Cuando llegue a la ciudad de Los Angeles creí conveniente moverme en el metro de la ciudad y así ahorrarme unos cuantos dolarucos. Mientras me transportaba en un vagón de las líneas del metro veía el tipo de pasajeros que subían y bajaban, así como el cambio de barrios diferenciados por la cultura que las envolvía. Como era de esperarse atravesé un barrio latino, no es de extrañarse ya que L.A es una de las ciudades con mayor cantidad de habitantes latinos, la mayoría inmigrantes. Lo que me dio la pauta para saber que estaba cruzando el barrio latino en el sur de la ciudad fue que las casas eran pintorescas; cubetas de colores brillantes hechas macetas, rosales, antúrios, geranios y toda clase de plantas adornan la entrada principal, patios cocheras y espacios libres, pareciera que se tiene un miedo al espacio vacío como herencia del estilo novohispano que se realizaba principalmente en las fachadas de sus iglesias y retablos.

Muchas rosas adornaban la puerta principal de una casa, el rosal con unos botones que alcanzaba a distinguir hasta el tren, y sus flores como puntos rojos entre las entramadas verdes...

Colores y olores que inundan esas casas, ya que las casas de los gringos, como se les llama, son de fachadas límpias, pulcras orden y perfección. Las fachadas latinas son hasta cierto tipo salvajes, imperfectas, atiborradas como sus costumbres y cultura sincretismo de ideologías dispuestas a aprender y aprehender, adaptarse y adoptar nuevas formas de vida; así son las casas de estos lugares, el pasado cultural mezclandose constantemente con su presente.

No hay comentarios: